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  • Laura Palomino

HACIENDO UNA BUENA OTOSCOPIA

Una otoscopia es una prueba de exploración directa del conducto auditivo externo (CAE) y del tímpano. Para realizarla necesitamos un otoscopio o un videotoscopio y una víctima que nos ofrezca sus oídos.

Lo primero que debemos hacer, antes de coger el otoscopio, es explorar la parte externa: pabellón y área preauricular. Tenemos que fijarnos bien en posibles malformaciones, eccemas u otras anomalías. Además, esta sección también puede darnos algunas pistas. Por ejemplo, si el paciente se queja al presionar el trago o al traccionar el pabellón auditivo, podríamos pensar en una otitis externa.


Después, cogemos el otoscopio y un espéculo adecuado y procedemos a la exploración del CAE y tímpano. Para tener una buena visión de estas estructuras es conveniente traccionar hacia atrás y hacia arriba el pabellón auricular para enderezar la porción cartilaginosa del CAE y tener un mejor campo de visión. En niños hay que traccionar hacia abajo y hacia atrás.

Diferentes otoscopios y espéculos antiguos

NOTA: Aunque no lo parezca al principio, es mucho más sencillo y obtenemos una mejor visión si, al hacer la otoscopia, sujetamos el mango del otoscopio con la mano izquierda para explorar ese oído y con la derecha cuando vayamos a explorar el oído derecho. Con un poco de práctica se consigue soltura con ambas manos y al final verás como consigues mejorar tus otoscopias.

¡Así no, por favor!

¿Y en qué aspectos debemos prestar atención?


En la observación del CAE:


  • Dimensiones: si es largo/corto o ancho/estrecho

  • Coloración y aspecto de las paredes: hay que buscar signos de hiperemia, heridas... etc

  • Ocupación del conducto: ¿hay cera?, ¿es un tapón?


En la observación del tímpano:


  • Integridad: Si está completo o si hay perforación

  • Posición de la membrana: Si está abombada o retraída

  • Apariencia: Es muy transparente?, ¿hay calcificaciones?, ¿hay irregularidades en su grosor?



¡OJO CON LO SIGUIENTE!


Aunque una otoscopia es una prueba sencilla, suelen producirse algunos errores que son fácilmente salvables. Por ejemplo:

  • Introducir poco el espéculo en el CAE. De esta forma nos perdemos una visión más completa del tímpano y puede pasar que no veamos una perforación o un drenaje (explicaremos más adelante cómo se ve una perforación o un drenaje).

  • En una otitis externa, una otoscopia puede ser inútil y dolorosa.

  • En niños, si no están bien quietos y hacen un movimiento brusco, podemos llegar a clavar el espéculo en el CAE, provocando dolor o incluso herida.

Si no están quietos será necesario que alguien nos ayude sujetándoles la cabeza

Y por último, y no por ello menos importante, ¡recordad cambiar siempre de espéculo con cada paciente nuevo! Al hacer las otoscopias, los espéculos suelen coger algún resto de cera o... de vaya usted a saber, así que si no queréis que vuestra consulta sea el foco de las otitis, ya sabéis! ;)


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