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  • Laura Palomino

LA CERA DE LOS OÍDOS

El cerumen (la cera de los oídos) es una sustancia amarillenta o de color marrón y de aspecto ceroso producida en el tercio externo del CAE de los humano y en el de algunos animales mamíferos. Está compuesto por una mezcla de secreciones de las glándulas sebáceas y de las glándulas sudoríparas. Ayuda a la limpieza y lubricación del oído a la vez que proporciona protección contra algunas bacterias, hongos e insectos.



En general, podemos distinguir entre dos tipos de cerumen diferente: el húmedo (más dominante, especialmente entre europeos y africanos) y el seco (menos dominante pero más habitual ente los asiáticos por ejemplo). El húmedo suele ser de color marrón o naranja y el seco de color gris y aspecto más escamoso.


Buscando petróleo en mitad de la calle
Buscando petróleo en mitad de la calle

Como curiosidad, hay estudios que relacionan también la producción de cerumen del tipo húmedo con una mayor sudoración corporal. Es decir, que si eres de los que van al gimnasio... ya sabes, pero ¡¡no te preocupes!! Tener cera es muy bueno, fíjate:


  1. Lubrica el oído combatiendo la sequedad de la piel de las paredes del CAE.

  2. Tiene efectos antibacterianos para algunas bacterias como Haemophilus influenzae, Staphylococcus aureus y algunas variantes de la Escherichia coli.

  3. Protege al oído de la entrada de insectos y otros cuerpos extraños que no son bienvenidos en esa zona.


Cuerpo extraño cubierto de cera y piel seca

Normalmente el cerumen se mueve como si fuese llevado por una cinta transportadora hacia la entrada del CAE, por donde acaba siendo expulsado al exterior.

Esto es así gracias a ciertos movimientos epiteliales de la piel del CAE y los movimientos de la mandíbula que hacemos al hablar, bostezar... etc. Es decir, que el oído está preparado para ir expulsando la cera poco a poco. Sin embargo, este proceso no se da en algunas personas (o se da muy lentamente), lo que produce un exceso de cera en los oídos (el famoso tapón de cera).


Cuando tenemos un tapón de cera siempre tendremos, además, una pérdida de audición (mayor o menor, depende del tapón y las circunstancias). En algunos casos también puede producir dolor, mareos o acúfenos (un tipo de ruido del que hablaremos más adelante). Además, en ocasiones el tapón puede presionar contra el tímpano. Este tipo de tapón recibe el nombre de tapón impactado, y su extracción es mucho más complicada.

Por supuesto, una vez eliminada la causa, se eliminan sus síntomas.


En un tapón, el conducto queda totalmente tapado. Si no es así no puede denominarse tapón

Y la pregunta es... ¿Cómo puedo quitarlo?


El mundo de los pacientes de tapones de cera es, a la vez, el de los pacientes más creativos: desde los inocentes bastoncillos de algodón a cualquier cosa punzante que se tenga a mano (el capuchón de un boli, un palillo de los dientes, una aguja de lana, un clip....) y ¡a escarbar como si no hubiese un mañana! También las farmacias se ponen creativas con este tema, dando lugar a una gran variedad de compuestos en forma de spray para autolimpieza o técnicas más extrañas, pero siempre creativas, como la de la vela encendida en el oído. Técnica curiosa, aunque también peligrosa e inefectiva, según algunos estudios, como por ejemplo:


Seely, D.R., Quigley, S.M. and Langman, A.W. (1996), Ear Candles‐Efficacy and Safety. The Laryngoscope, 106: 1226-1229. doi:10.1097/00005537-199610000-00010


Feliz, aún con una vela encendida en la oreja...

Como era de esperar, no vamos a encontrar ninguna asociación de audiología o de otorrinos que recomiende usar bastoncillos, sprays o las velas de cera, así que... ¿qué podemos hacer? Pues bien, sólo en el caso de que la cera sea un verdadero problema, deberemos acudir al médico otorrino que decidirá que método usar para la limpieza.


Pero los bastoncillos o la aguja de lana.... en unas manos mañosas.... ¿por qué es malo?Bien, si pudiéramos monitorizar lo que vamos haciendo con el bastoncillo o la aguja de lana y tuviéramos algunos conocimientos de anatomía del oído, lo más probable es que no pasara nada. El problema es que no sabemos a ciencia cierta dónde está la cera exactamente ni lo que hacemos con el bastoncillo cuando lo metemos en el oído, así que vamos dando palos de ciego hasta intentar tener suerte y pescar un buen Ferrero Rocher. En vez de eso, lo que solemos obtener es irritación del CAE y perforación timpánica.


Tapon de cera, o "Ferrero Rocher" para los amigos

Y el otorrino, ¿qué hace para quitar la cera? Hasta hace poco, el método más usado era el de la famosa jeringa con agua templada. Problema: solía provocar mareos en los pacientes y a veces se perforaba el tímpano por la fuerza del chorro de agua. Todo esto ha hecho que esta técnica esté siendo desbancada por otras más seguras. Así, lo más común hoy día es usar una herramienta pequeña de metal cuyo extremo tiene forma de gancho. Esto permite agarrar el tapón y sacarlo del conducto.


Llevar audífonos aumenta el riesgo de crear tapones de cera en los oídos ya que todos, en mayor o menor medida, bloquean la salida natural de la cera. Sin embargo, el mayor problema no será tener que ir más a menudo al especialista para una limpieza, sino el cuidado que debemos tener en la limpieza de nuestros audífonos. El exceso de cera puede provocar obstrucción del venting y/o de los auriculares así como degradar los componentes internos de los audífonos por su acidez.



Por tanto, es muy importante seguir las recomendaciones de limpieza del fabricante para poder mantenerlos a punto y no sufrir averías innecesarias. Normalmente éstas consisten en limpieza diaria con un paño o cepillo suave en la zona del venting (si lo hubiera), micrófonos y auricular. Fácil, sencillo y para toda la familia!


Así que ya sabes, no pasa nada por tener cera en los oídos, pero si te molesta y necesitas quitarla de ahí... ¡usa la cabeza y no te expongas a un peligro mayor!





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